Durante el encuentro, el Líder Supremo de la Revolución Islámica
expresó sus felicitaciones por el aniversario del nacimiento del Gran
Mensajero del Islam (PB) y el Imam Ŷafar As-Sadiq (P), sexto Imam de los
musulmanes chiitas.
Refiriéndose al hecho de que la aparición del Islam y el nacimiento y
designación del Profeta Muhammad (PB) insuflaron la esencia de la vida y
la verdadera espiritualidad, e hicieron renacer un mundo que ya había
fenecido por la peste de la ignorancia y el paganismo, el Ayatolá
Jamenei dijo que la tarea más importante asignada hoy al Mundo Islámico,
en particular a los sabios e intelectuales genuinos, es hacer
«esfuerzos serios y valientes» para insuflar el auténtico espíritu del
Islam y la espiritualidad en un mundo repleto de injusticia, opresión y
brutalidad.
El Líder Supremo señaló: «Hoy es el turno del Mundo Islámico de moverse
en dirección del desarrollo de una 'moderna civilización islámica'
mediante la aplicación de la ciencia y herramientas globales, así como
la razón y la sabiduría y la prudencia y perspicacia».
«Una civilización islámica moderna no significa usurpar territorios, ni
pisotear los derechos de los seres humanos o imponer la propia moral y
cultura a las naciones, tal como lo hiciese la civilización occidental;
sino que significa otorgar la virtud divina a la humanidad y sentar las
bases para que los seres humanos identifiquen el camino correcto»,
agregó.
El Líder de la Revolución Islámica dijo que Occidente ha estado
utilizando el conocimiento y la filosofía del Mundo Islámico para sentar
las bases de su civilización, y reiteró: «A pesar de que esta
civilización presentó atractivas manifestaciones de tecnología, rapidez,
comodidad y diferentes herramientas para la vida, no trajo felicidad,
dicha ni justicia para la humanidad, y también está lidiando con las
contradicciones que existen en su seno».
«A pesar de su aspecto llamativo, la civilización occidental está
moralmente corrupta y espiritualmente vacía, a tal punto que los mismos
occidentales lo reconocen», dijo el Ayatolá Jamenei.
Enfatizando que es el turno de que el Mundo Islámico tome medidas
encaminadas a sentar las bases de una civilización islámica moderna, el
Líder Supremo de la Revolución Islámica, dijo: «Para lograr ese fin, no
se deben fijar las esperanzas en los políticos del Mundo Islámico; sino
más bien, los sabios religiosos e intelectuales genuinos cuya «alquibla»
no sea Occidente deben iluminar a la nación islámica (Ummah) y deben
saber que la fundación de tal civilización es posible».
El Ayatolá Jamenei se refirió a las potencialidades y capacidades del
Mundo Islámico, incluyendo la buena tierra, una ubicación geográfica
única, abundantes recursos naturales y los recursos humanos talentosos,
diciendo: «Si estas potencialidades se mezclan con las verdaderas
enseñanzas del Islam, la Ummah islámica podría realizar sus creaciones
artísticas en los dominios de la ciencia, política y tecnología, así
como en los ámbitos sociales».
Su Eminencia dijo que el Sistema de la República Islámica de Irán es un
ejemplo de la posibilidad de la realización de estos grandes objetivos,
y agregó: «Antes de la victoria [en 1979] de la Revolución Islámica,
Irán era científica, política y socialmente atrasado, políticamente
aislado y en términos generales era un país totalmente dependiente, pero
hoy gracias a la bendición del Islam, la nación iraní ha mostrado su
identidad y naturaleza, y el país ha logrado avances significativos en
la ciencia y la tecnología y el conocimiento moderno y está entre los
principales países en estos campos».
El Ayatolá Jamenei dijo que este ejemplo podría ser generalizado en
todo el Mundo Islámico, y señaló: «Llegar a esta elevada posición
requiere condiciones, y la condición es detener la pesada sombra de las
superpotencias que se cierne sobre las naciones. Por supuesto, tiene sus
costos, puesto que no es posible alcanzar grandes objetivos sin tener
que pagar altos costos».
El Líder de la Revolución Islámica reiteró el hecho de que a diferencia
de la civilización occidental, en la civilización islámica ningún país
está obligado a aceptar la dominación, y agregó: «Al sentar las bases de
una civilización islámica moderna, no debemos fijarnos en los
occidentales ni prestar atención a sus sonrisas y aspavientos, sino que
debemos avanzar en el camino correcto confiando en nuestras propias
capacidades y potencialidades».
El Ayatolá Jamenei dijo que una de las herramientas de los enemigos
para impedir la formación de una civilización islámica moderna es crear
divisiones entre los musulmanes, y agregó: «Desde el momento en que los
funcionarios y políticos estadounidenses empezaron a hablar del tema de
los chiitas y sunitas, los expertos y teóricos comenzaron a preocuparse
porque estaba claro que ellos (los estadounidenses) estaban detrás de
una nueva conspiración mucho más peligrosa que las anteriores».
Reiterando que los estadounidenses se oponen al Islam, en principio, y
que no hay que dejarse engañar por sus declaraciones en apoyo a algunos
grupos, el Líder de la Revolución Islámica, dijo: «Los comentarios del
ex presidente de Estados Unidos [George W. Bush] después del 11 de
septiembre [del 2001] sobre una ''cruzada'' era de hecho indicativo de
la guerra de la arrogancia mundial (las potencias hegemónicas) contra el
Islam».
El Líder de la Revolución Islámica dijo que las declaraciones de los
actuales funcionarios estadounidenses acerca de su simpatía por el Islam
son irreales y una señal de su hipocresía, y agregó: «Los funcionarios
estadounidenses se oponen al Islam, en principio, y a pesar de sus
declaraciones, tratan de sembrar la discordia entre los musulmanes, un
ejemplo de ello es la creación de grupos terroristas como Daesh y otras
agrupaciones que han sido creadas con el dinero [provisto] por las
filiales estadounidenses y su asistencia política; que han dado lugar a
las catástrofes actuales en el Mundo Islámico».
Reiterando que las declaraciones de funcionarios estadounidenses acerca
de su acuerdo con el sunismo y su oposición al chiismo son falsas, el
Ayatolá Jamenei cuestionó: «¿Acaso no eran sunitas los habitantes de
Gaza que fueron invadidos y atacados [por las fuerzas israelíes]? ¿Acaso
no es sunita el pueblo de Cisjordania que está bajo tan [pesada]
presión?»
En referencia a las declaraciones de un político norteamericano que ha
dicho que «el Islam es el enemigo de Estados Unidos», el Líder Supremo
de la Revolución Islámica, señaló: «Para los estadounidenses, no hay
ninguna diferencia entre chiitas y sunitas. Se oponen a cualquier
musulmán que tiene la intención de vivir de acuerdo a las enseñanzas y
normas islámicas y lucha por eso».
El Líder de la Revolución Islámica dijo que el principal problema de
los estadounidenses con los musulmanes es la adhesión y obediencia de
estos últimos a las enseñanzas y mandatos islámicos y sus esfuerzos por
fundar una civilización islámica moderna, y agregó: «Por eso, cuando el
''Despertar Islámico'' comenzó, los funcionarios estadounidenses se
asustaron y se preocuparon, trataron de contenerlo, y se las arreglaron
[de hacerlo] en algunos países, pero el ''Despertar Islámico'' es
indestructible y —por la gracia de Dios— alcanzará sus objetivos».
El Ayatolá Jamenei dijo que el objetivo principal de las potencias
hegemónicas es provocar una guerra civil entre los musulmanes y destruir
la infraestructura de los países musulmanes como Siria, Yemen y Libia, y
agregó: «No se debe permanecer en silencio frente a esta conspiración,
ni rendirse ante ella, sino que se le debe enfrentar con perspicacia y
resistencia».
Criticando el silencio del Mundo Islámico frente a la continuación de
la presión sobre los musulmanes de Bahréin, casi un año de bombardeo
diario en Yemen, y la situación en Siria e Irak, el Líder de la
Revolución Islámica se refirió a los recientes acontecimientos en
Nigeria y enfatizó: «¿Por qué el Mundo Islámico calla cuando se ha
cometido [algo] catastrófico contra un sheij pacifista y devoto (el
Sheij chiita Ibrahim al-Zakzaky que se encuentra recluido en régimen de
incomunicación bajo custodia militar), que busca unir a chiitas y
sunitas, y alrededor de 1,000 personas han sido martirizadas, incluyendo
varios de sus hijos?».
El Ayatolá Jamenei dijo: «Los objetivos de los enemigos del Islam son
muy peligrosos y recae sobre cada persona la responsabilidad de actuar
con perspicacia y mantenerse alerta. A tal efecto, los sabios musulmanes
e intelectuales genuinos están obligados a hablar con la gente y los
políticos conscientes, y explicar las realidades».
«Cuando el mundo del dinero está agotando todas sus fuerzas para tramar
peligrosas conspiraciones contra el Mundo islámico, nadie tiene derecho
de dormir y cerrar los ojos ante la realidad», dijo el líder de la
Revolución Islámica.
Previo al discurso del Ayatolá Jamenei, el presidente Hassan Rouhani
expresó sus felicitaciones por el aniversario del nacimiento del Profeta
Muhammad (PB) y el Imam Ŷafar As-Sadiq, describiendo al Mensajero del
Islam como el símbolo de la moral y la dignidad, y enfatizando que el
«Profeta Muhammad (PB) le brindó al mundo la lección de la unificación,
la unidad y la fraternidad».
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